Cada persona en este mundo tiene la oportunidad de dejar huella en la historia. Bien sea que nuestros hijos nos recuerden a través del tiempo o lo hagan las personas que hablarán sobre nuestras acciones. Hay una opción más: la creatividad.
Los pintores dejan cuadros, los directores películas, los escritores libros y los músicos su música. Es su peculiar marca en la eternidad que atestigua que estuvieron aquí. Nosotros no pintamos cuadros ni tampoco hacemos películas, pero sabemos cómo hacer feliz a la gente. Somos capaces de crear magia en sus celebraciones, y ese es nuestro trabajo; nuestro boceto en el lienzo de la historia.
Quizá no recuerde nuestros nombres cuando todo haya terminado, pero, definitivamente, nunca olvidará sus celebraciones y las emociones que sintió en este día mágico. Incluso podrá contárselas a sus hijos y quizá también a sus nietos.