Cierre los ojos e imagine por un momento este día. Luce usted genial y lleno de emociones: escucha una discreta eufonía de sonidos alrededor: destellos de cámara, música, voces de familiares. Siente las opiniones de sus seres queridos. Luego todo se detiene y le hacen la pregunta más importante, a la que debe responder “Sí, acepto”. ¿Se ha imaginado ese lugar?
¿Está en la iglesia o no? En caso contrario, abra rápidamente los ojos y díganos exactamente dónde quisiera dar el “Sí”. Tener una gran ceremonia de boda hace tiempo dejó de ser un lujo para convertirse en una oportunidad de dar el “Sí” más deseado.